Pero además, este verano, pusimos la techumbre al horno que amenazaba derrumbe, desbrozamos los huertos, pusimos la lápida del licenciado Cristobal Varona junto al de su mujer Catalina de Murueta, quitamos los muros de piedra que tapaban los arcos del claustro y que se pusieron en la década de los 40, continuamos con los arreglos de la entrada de la iglesia, etc.